lunes, 29 de noviembre de 2010

Tío Gregorio

En 1910 nació en Jerez Gregorio Manuel Fernández Vargas, excelente cantaor y gran representante del genuino barrio de Santiago. 'Tío Borrico', como así le llamaron artísticamente, es una de las bases fundamentales para entender el cante de Jerez y su aportación al flamenco ha sido enriquecedora en todos los sentidos por lo que es menester celebrar el siglo de existencia de Gregorio, que desafortunadamente nos dejó en 1983.

Siempre bajo la sombra del saleroso bar Volapié, lugar con arte por antonomasia, donde el cante flamenco sigue fluyendo en la actualidad, se cuenta la historia del artista a través de Luis de Pacote - con esa gracia donde las haya - que hace de narrador sirviéndose de un pseudo-diálogo en el que Salvador Fanegas, su leal compañero, sólo interviene para hacer algunos gestos y algún que otro zapateado... Patricia Moreno. Sigue en Jerez Jondo

Los artistas de espaldas al público, mirando como perdidos al infinito, y Tío Gregorio, con pasitos lentos en trance, dándose una breve pataíta al toque de Morao en la Canariera. Así concluye el homenaje. Así se cierra el círculo cien años después del nacimiento de a quien con mucha malaje apodaron el Borrico, y lejos de rebuznar, decía y recreaba el cante de una forma como no alumbrará otro. Observamos por la cámara oscura del recuerdo retratos y estampas no vividas pero imaginadas. Un Jerez en sepia, mohoso, un pueblo carcomido que abrigaba un flamenco primitivo, extravirgen, aunque con un futuro siempre cuestionado: "El cante ha cambiado por completo; yo no sé si hay madera en la gente joven…", sostenía el propio Gregorio en una entrevista publicada a principios de los 80 en la revista El Candil, pocos años antes de su muerte. Hoy sigue la misma incertidumbre pero marcada por el virus de la amnesia, de lo superficial, lo epidérmico, de la novedad. No hay nada que envejezca antes que la novedad… Francisco Sánchez Múgica. Sigue en Diario de Jerez

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